Paleontología Bonaerense
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Editor: Ángel V. Borrello
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Examinando Paleontología Bonaerense por Autor "Borrello, Ángel V."
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Acceso Abierto Fascículo I. Protista(1966) Orlando, Héctor A.; Borrello, Ángel V.La micropaleontología bonaerense está basada, hasta el momento, casi exlusivamente en el conocimiento diatomológico del Pampiano y del post-Pampiano. Son dos complejos sedimentarios que en algunos casos tienen abundantes fósiles mientras que en otros son extremadamentes estériles. La presencia de las diato- meas y de las crisostomatáceas en estos niveles ba permitido aclarar en muchas oportunidades el problema estratigráfico y especialmente el panorama paleo- geográfico y paleoecológico de una de las regiones más pobladas del país. Como en todas las zonas marginales de nuestro litoral bonaerense, y hasta cierto límite interno, los estratos neozoicos están íntimamente afectados por la acción constructiva y destructiva de sus mares que dejaron muestras notables de una ingresión relativamente profunda que disturbó los sedimentos continentales lacustres, fluviales y palustres, especialmente en el post-Pampiano. Aquí los sedimEntOs ingresivos del Querandinense se acuñaron con los del Platense fluvial y lacustre; las depositaciones de ambiente estuariano limitaron el avance del Platense sustituyéndolo hasta cierta distancia de la actual línea de costa que se retira constantemente. Consecuentemente a la ingresión los mares neozoicos produjeron los fenómenos regresivos que también dejaron sus testigos fosilíferos microscópicos. Todo el panorama estratigráfico y paleontológico está, por lo tanto, influenciado por los movimientos de ascenso y descenso del continente elaborando la clásica morfología, exhaustivamente estudiada por Frenguelli, de la “alta” y “baja” terraza del Pampiano y post-Pampiano, respectivamente. Cuando nos referimos a las zonas alejadas de la costa, el proceso sedimentario y fosilífero de los estratos se ajusta en su totalidad a los conceptos clásicos de las terrazas mencionadas y casi siempre el Platense es rico en resto de diatomeas, crisosto- matáceas, charáceas y espículas de esponja fósiles. Se mencionarán los yacimientos clásicos bonaerenses estudiados por Frenguelli en las barrancas de casi todos los arroyos que desembocan en nuestro litoral bonaerense atlántico y del río de la Plata y también excavaciones artificiales aprovechadas por el mencionado investigador para su magnífica tarea cumplida a lo largo de tantos años. Entre los lugares de mayor significación se cita el clásico yacimiento de punta Hermengo en Miramar que contiene una de las floras diatómicas fósil más rica de nuestro país. La presencia de las crisostomatáceas facilita la tarea geológica porque, además de ser elementos complementarios de gran valor, en muchos casos su sola presencia soluciona satisfactoriamente nuestras necesidades estratigráficas, paleoecológicas y paleogeográficas. En los sedimentos post-Pampianos de la provincia de Buenos Aires hay un notable predominio del género Clericia fundado por Frenguelli en 1925. Se han tratado la mayoría de las formas de diatomeas y crisostomatáceas conocidas en la bibliografía bonaerense especialmente de los excelentes trabajos del Dr. Joaquín Frenguelli de quien se ha tomado la mayor parte de las ilustraciones que acompañan el escrito. Se ha preferido emplear dibujos y no fotografías por considerar que aquéllas, en la mayoría de los casos, son más ilustrativas y permiten un mejor análisis de los caracteres específicos. - Parte de libro
Acceso Abierto Fascículo V. Trazas, restos tubiformes y cuerpos fósiles problemáticos de la formación La Tinta, Sierras Septentrionales, provincia de Buenos Aires(1966) Borrello, Ángel V.El conocimiento de los fósiles problemáticos parte con el trabajo científico de la tercera década del siglo pasado. Desde entonces ha sido numeroso y variado, tanto como complejo y amplísimo, el cuadro de estos restos que se ofrece al estudio en la actualidad. Las obras más modernas en la materia, debidas a Hántzscbel (1962), Lessertisseur (1955), Seilacher (1954-1962) y otras, dan cuenta suficientemente del interés demostrado en las investigaciones paleontológicas por desarrollar sobre los mismos, labor minuciosa e insistente encauzada en la descripción y dilucidación de semejantes formas, las cuales han sido halladas en todo el tiempo geológico que sigue a la cronología subcámbrica. La zona montañosa del sistema de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, encierra en las sedimentitas paleozoicas una rica asociación de restos de este tipo. Por su naturaleza y significación de conjunto, el autor presente ha creído oportuno hacer conocer el material respectivo de mejor representación procediendo en consecuencia a preparar el texto y gráficos del Fascículo V de la Paleontografía Bonaerense, toda vez que tarea tal hace integral el contenido de esta obra específica en el país. El ordenamiento del trabajo realizado ha seguido el plan, a propósito formulado desde la finalización del acopio del material, de describir las piezas reunidas y el examen de colecciones existentes, en dos grupos definidos: trazas y restos tubiformes, y cuerpos fósiles, respectivamente, en secuencia alfabética, coincidiéndose así con el propio método dado por Hantzschel (op. cit.) a sus descripciones de catalogación “genérica” mundial del material conocido hasta 1962. Como este conocido investigador lo sugiere en su trabajo (op. cit., p. W 181) es evidente que la dimensión y la importancia de las denominaciones binarias, género y especie, tienen validez distinta a la de los restos fósiles propiamente dichos. Y no podría ser de otra manera. Sin embargo la practicidad del uso uniforme, genérico y específico de las designaciones paleontológicas y paleoichnológicas, facilita no sólo la labor del autor, sino, y acaso lo que es más, allana la comprensión y aplicación de los nombres por parte de lectores que acuden a la consulta y, esencialmente, orienta el estudio de los investigadores que actúan en la resolución de problemas relativos al conocimiento de estas asociaciones de origen orgánico. Por las razones apuntadas y sin dejar de recordar las restricciones impuestas en principio por la índole de las formas que se describen, el estudio pertinente se ha efectuado considerando el material como de simple procedencia fósil y animal. Ha sido relativamente más sencillo clasificar las trazas que los cuerpos. Éstos, a pesar de su morfología y tamaño, no han ofrecido indicio alguno de estructura. En los casos en que ha sido factible, en el tema de observaciones, se han adelantado las semejanzas que denotan las piezas dentro de los límites descriptivos más accesibles. Los caracteres morfológicos impusieron ineludiblemente la introducción de nuevos términos genéricos y específicos, los cuales, en su mayoría, se aplicaron -a la denominación de los cuerpos estudiados.