Paleontología Bonaerense

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Editor: Ángel V. Borrello

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    Acceso Abierto
    Fascículo V. Trazas, restos tubiformes y cuerpos fósiles problemáticos de la formación La Tinta, Sierras Septentrionales, provincia de Buenos Aires
    (1966) Borrello, Ángel V.
    El conocimiento de los fósiles problemáticos parte con el trabajo científico de la tercera década del siglo pasado. Desde entonces ha sido numeroso y variado, tanto como complejo y amplísimo, el cuadro de estos restos que se ofrece al estudio en la actualidad. Las obras más modernas en la materia, debidas a Hántzscbel (1962), Lessertisseur (1955), Seilacher (1954-1962) y otras, dan cuenta suficientemente del interés demostrado en las investigaciones paleontológicas por desarrollar sobre los mismos, labor minuciosa e insistente encauzada en la descripción y dilucidación de semejantes formas, las cuales han sido halladas en todo el tiempo geológico que sigue a la cronología subcámbrica. La zona montañosa del sistema de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, encierra en las sedimentitas paleozoicas una rica asociación de restos de este tipo. Por su naturaleza y significación de conjunto, el autor presente ha creído oportuno hacer conocer el material respectivo de mejor representación procediendo en consecuencia a preparar el texto y gráficos del Fascículo V de la Paleontografía Bonaerense, toda vez que tarea tal hace integral el contenido de esta obra específica en el país. El ordenamiento del trabajo realizado ha seguido el plan, a propósito formulado desde la finalización del acopio del material, de describir las piezas reunidas y el examen de colecciones existentes, en dos grupos definidos: trazas y restos tubiformes, y cuerpos fósiles, respectivamente, en secuencia alfabética, coincidiéndose así con el propio método dado por Hantzschel (op. cit.) a sus descripciones de catalogación “genérica” mundial del material conocido hasta 1962. Como este conocido investigador lo sugiere en su trabajo (op. cit., p. W 181) es evidente que la dimensión y la importancia de las denominaciones binarias, género y especie, tienen validez distinta a la de los restos fósiles propiamente dichos. Y no podría ser de otra manera. Sin embargo la practicidad del uso uniforme, genérico y específico de las designaciones paleontológicas y paleoichnológicas, facilita no sólo la labor del autor, sino, y acaso lo que es más, allana la comprensión y aplicación de los nombres por parte de lectores que acuden a la consulta y, esencialmente, orienta el estudio de los investigadores que actúan en la resolución de problemas relativos al conocimiento de estas asociaciones de origen orgánico. Por las razones apuntadas y sin dejar de recordar las restricciones impuestas en principio por la índole de las formas que se describen, el estudio pertinente se ha efectuado considerando el material como de simple procedencia fósil y animal. Ha sido relativamente más sencillo clasificar las trazas que los cuerpos. Éstos, a pesar de su morfología y tamaño, no han ofrecido indicio alguno de estructura. En los casos en que ha sido factible, en el tema de observaciones, se han adelantado las semejanzas que denotan las piezas dentro de los límites descriptivos más accesibles. Los caracteres morfológicos impusieron ineludiblemente la introducción de nuevos términos genéricos y específicos, los cuales, en su mayoría, se aplicaron -a la denominación de los cuerpos estudiados.  
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    Acceso Abierto
    Fascículo IV. Vertebrata
    (1966) Pascual, Rosendo; Cattoi, Noemí; Francis, J. C.; Gondar, Dolores; Ortega Hinojosa, Enrique; Tonni, Eduardo; Pisano, Juan A.; Ringuelet, Andreina B. de; Zetti, Jorge
    El presente trabajo, como su nombre lo indica, responde al propósito de los que promovieron su realización desde la Comisión Científica de la Provincia de Buenos Aires, es decir, ofrecer fundamentalmente a los geólogos que trabajan en el campo un elemento bibliográfico con buena iconografía, que les hiciera accesible una primera determinación de los vertebrados fósiles para los fines estratigráficos que ellos manejan. No obstante, los autores han querido aprovechar la oportunidad de un trabajo de esta envergadura para ampliar un poco las diagnosis y llegar en casi todos los casos a categorías sistemáticas superiores al género, con el fin de transformar el trabajo en algo más que una simple Paleontografía ; la intención es facilitar el desarrollo de alguna vocación, o simplemente proveer un mayor número de elementos para aquéllos que no sólo se contentan con saber cuán antiguas son las rocas que contienen determinados fósiles, sino que desean adentrarse en el conocimiento y problemática de la paleozoología de los Vertebrados. Por otro lado, pocos —por no decir ninguno— son los libros en castellano donde pueden encontrarse condensados los datos aquí consignados, y bien valió esta ocasión para hacerlo. Aun los trabajos generales en otros idiomas difícilmente incluyen una documentación tan amplia como la que se ha conden- sado en éste, y bien podemos decir que mucha es absolutamente original, producto de la investigación personal de los autores. De acuerdo al convenio oportunamente tratado, esta parte dedicada a los Vertebrados sólo ha llegado hasta las diagnosis de los géneros. Intentar profundizar más hubiera sido tarea de muy largo aliento, difícilmente concretable en unos pocos años, puesto que prácticamente imponía la revisión crítica de todo lo hecho hasta el momento en el campo de los Vertebrados fósiles.  
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    Acceso Abierto
    Fascículo III. Invertebrados
    (1966) Camacho, Horacio H.
    Este Fascículo está relacionado con el conocimiento de los invertebrados fósiles contenidos en las formaciones sedimentarias bonaerenses. En este trabajo se considera prácticamente la totalidad de las especies mencionadas en la bibliografía geológica bonaerense. Sólo unas pocas no fueron incluidas, tales como Daphnia spinulata Birn. y Boeckella sp., procedentes de los sedimentos platenses (Ringuelet, 1951), y otras cuyas citas resultan dudosas. En cuanto a las ilustraciones, se recurrió en todo lo posible, a la reproducción de las figuras existentes en los trabajos de los distintos autores. Sin embargo, la gran mayoría de las especies fósiles bonaerenses no han sido ilustradas ni descriptas y sus asignaciones fueron fundadas en la comparación con las formas recientes. En estos casos, por lo tanto, se recurrió a la descripción e ilustración del material viviente. Para muchas de las descripciones e ilustraciones se utilizaron ejemplares existentes en la Sección Malacología del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (M. A. C. N.) y en la cátedra de Paleontología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Aires (F. C. E. y N.). Cuando se trata de holotipos, ello ha sido indicado expresamente. Para poder llevar a cabo este trabajo fue necesario realizar una intensa consulta del material bibliográfico, paleontológico y viviente. En este aspecto, resultó de gran valor la colaboración de la Sección Malacología del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, en especial, la ayuda proporcionada por la Doctora Elena Martínez Fontes, a quien hacemos llegar nuestro más sincero reconocimiento.
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    Acceso Abierto
    Fascículo II. Plantas fósiles
    (1966) Menéndez, Carlos A.
    Los fósiles vegetales hallados en la Provincia de Buenos Aires, están principalmente representados por aquellos de la flora pérmica de la Sierra de Pillahuincó, ya que no se conocen otros restos vegetales en el Paleozoico, aparte de ciertos restos de naturaleza problemática, y no se han hallado sedimentos mesozoicos. Con respecto a formaciones sedimentarias más jóvenes, sólo hay citas aisladas de restos vegetales sin descripción. En 1916 Wichmann cita fructificaciones de Charáceas para el Pospampeano de Bahía Blanca en comparación con material de Río Negro, de las cuales ilustra un ejemplar que considera genéricamente indeterminable por carecer de la corona apical de células que permitiría saber si se trata de Chara o Nitella. En 1933 Rusconi cita, en una nota preliminar, la presencia de leños fósiles en las arenas puelchenses de Villa Ballester, cita que reitera en 1934, también sin determinación del material. Posteriormente dicho autor entrega ese material al profesor A. C. Scala para su determinación, quien fallece antes de describirlo, pero dejando la determinación respectiva, (in schedis) que Rusconi transcribe en 1934, con el número de su colección particular. Tales determinaciones son: “ N° 570 a 573, Quebrado Colorado (Schinopsis Lorentzii) N° 574, Quebrado colorado? N° 575, muy descompuesto (Quebracho colorado?) N° 576, Cedro colorado (Cedrela fissilis) N° 577, cortezas y leños de algarrobo (negro?) N° 578, Algarrobo (negro?, Prosopis nigra) N° 579, corteza de (quebracho colorado?) Nº 580, Mora (?), Chlorophora tinctoriá) N° 581, Urunday (?) (Astronium balansae) N° 582, Ceibo (Erythrina cristagalli) ” En 1936 y 1937 Rusconi vuelve a citar estos ejemplares en una lista sobre organismos fósiles del Puelcbense de Buenos Aires. Otras citas se refieren a microfósiles de Buenos Aires que 6on considerados en otra parte de esta obra. La flora de las sierras australes de Buenos Aires fue estudiada por Harrington en 1934, cuya enumeración cita posteriormente en 1947 con el agregado de Walkomia sp. Desde entonces, salvo dos notas del autor (1962 a y b) no hubo otro aporte al conocimiento de dicha flora, por tal motivo, en base a nuevas colecciones hechas por los doctores, A. Amos, H. Castellaro, T. Suero y el autor y el material original de Harrington, se ha hecho en este trabajo, una revisión de la flora de la Sierra de Pillahuincó.
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    Acceso Abierto
    Fascículo I. Protista
    (1966) Orlando, Héctor A.; Borrello, Ángel V.
    La micropaleontología bonaerense está basada, hasta el momento, casi exlusivamente en el conocimiento diatomológico del Pampiano y del post-Pampiano. Son dos complejos sedimentarios que en algunos casos tienen abundantes fósiles mientras que en otros son extremadamentes estériles. La presencia de las diato- meas y de las crisostomatáceas en estos niveles ba permitido aclarar en muchas oportunidades el problema estratigráfico y especialmente el panorama paleo- geográfico y paleoecológico de una de las regiones más pobladas del país. Como en todas las zonas marginales de nuestro litoral bonaerense, y hasta cierto límite interno, los estratos neozoicos están íntimamente afectados por la acción constructiva y destructiva de sus mares que dejaron muestras notables de una ingresión relativamente profunda que disturbó los sedimentos continentales lacustres, fluviales y palustres, especialmente en el post-Pampiano. Aquí los sedimEntOs ingresivos del Querandinense se acuñaron con los del Platense fluvial y lacustre; las depositaciones de ambiente estuariano limitaron el avance del Platense sustituyéndolo hasta cierta distancia de la actual línea de costa que se retira constantemente. Consecuentemente a la ingresión los mares neozoicos produjeron los fenómenos regresivos que también dejaron sus testigos fosilíferos microscópicos. Todo el panorama estratigráfico y paleontológico está, por lo tanto, influenciado por los movimientos de ascenso y descenso del continente elaborando la clásica morfología, exhaustivamente estudiada por Frenguelli, de la “alta” y “baja” terraza del Pampiano y post-Pampiano, respectivamente. Cuando nos referimos a las zonas alejadas de la costa, el proceso sedimentario y fosilífero de los estratos se ajusta en su totalidad a los conceptos clásicos de las terrazas mencionadas y casi siempre el Platense es rico en resto de diatomeas, crisosto- matáceas, charáceas y espículas de esponja fósiles. Se mencionarán los yacimientos clásicos bonaerenses estudiados por Frenguelli en las barrancas de casi todos los arroyos que desembocan en nuestro litoral bonaerense atlántico y del río de la Plata y también excavaciones artificiales aprovechadas por el mencionado investigador para su magnífica tarea cumplida a lo largo de tantos años. Entre los lugares de mayor significación se cita el clásico yacimiento de punta Hermengo en Miramar que contiene una de las floras diatómicas fósil más rica de nuestro país. La presencia de las crisostomatáceas facilita la tarea geológica porque, además de ser elementos complementarios de gran valor, en muchos casos su sola presencia soluciona satisfactoriamente nuestras necesidades estratigráficas, paleoecológicas y paleogeográficas. En los sedimentos post-Pampianos de la provincia de Buenos Aires hay un notable predominio del género Clericia fundado por Frenguelli en 1925. Se han tratado la mayoría de las formas de diatomeas y crisostomatáceas conocidas en la bibliografía bonaerense especialmente de los excelentes trabajos del Dr. Joaquín Frenguelli de quien se ha tomado la mayor parte de las ilustraciones que acompañan el escrito. Se ha preferido emplear dibujos y no fotografías por considerar que aquéllas, en la mayoría de los casos, son más ilustrativas y permiten un mejor análisis de los caracteres específicos.