El patrimonio escultórico y su mantenimiento
Caso: Laprida de Lola Mora
Resumen
Argentina posee un rico patrimonio escultórico ubicado en espacios públicos representativo de distintos momentos de su historia. Estos monumentos, según la época a que pertenecen, ofrecen distintas propuestas estéticas así como diferentes técnicas de ejecución y materiales constitutivos. Entre estos últimos se cuentan los metales (bronces, hierro fundido, etc.), piedras (granito, mármol, etc.), maderas, cementos y más recientemente material plástico y nuevas aleaciones metálicas. Todos los materiales del soporte de la obra, se encuentran expuestos a procesos de degradación, desgaste o destrucción y exigen, por lo tanto una acción continuada de conservación. Acción que fue una constante en todas las épocas: en un principio se privilegiaba la limpieza superficial y, en el mejor de los casos, a la colocación de capas pictóricas de diferentes coloraciones sin tener en cuenta la naturaleza del material (hierro y mármoles pintados con sintéticos) y “completar” partes faltantes con añadidos actuales. En la actualidad, una restauración conservativa integral se basa en el principio de remediar los daños del pasado e intentar evitar que sufran graves procesos de degradación en el futuro para alcanzar un segundo nivel donde la obra de arte para ejercer su función cultural debe presentar una imagen legible; o sea, preservar su integridad física como también restituir la legibilidad estética correcta. Bajo estos principios recientemente, en San José de Jáchal, Provincia de San Juan, se abordó la restauración del monumento al Dr. Francisco de Laprida: escultura de mármol de Carrara en sus diferentes fases de recuperación con productos específicos aptos para tales fines.