Resumen
Rediseñar la gestión burocrática de los centros escolares, heredada de la modernidad, reimaginando nuevas estructuras, capaces de hacer frente a las condiciones más complejas en un mundo globalizado y en una situación postmoderna, se está convirtiendo en una creciente necesidad. En la medida que, en nuestra actual coyuntura, se están demandando organizaciones escolares más flexibles, capaces de adaptarse a contextos sociales turbulentos y borrosos, también en las últimas décadas están surgiendo nuevos modos de regulación en la gestión de los establecimientos escolares. Una vez que la planificación moderna del cambio y su posterior gestión han perdido credibilidad, se confía en movilizar la capacidad interna de cambio para regenerar internamente la mejora de la educación. En lugar de estrategias burocráticas, verticales o racionales del cambio, se pretende favorecer la emergencia de dinámicas laterales y autónomas de mejora, que puedan devolver el protagonismo a los agentes y –por ello mismo– pudieran tener un mayor grado de permanencia.